miércoles, 30 de marzo de 2011

....Asi es como yo lo recuerdo, en un segundo ganamos la guerra....

-¡No puede ser verdad!  Se dijo a sí misma, no se lo podía creer, lo estaba presenciando y no creía lo que veía. 

Tantas veces  había soñado con cosas así que ahora tenía miedo de que tan solo fuera un sueño, pero esta vez esperaba que fuera real.

Decidida poso la mano en su antebrazo y se dio un pequeño pellizco, a penas noto como los dedos agarraban la piel pero le basto para saber que no era un sueño, que era real.

 -¡Lo sabía! dijo en voz alta.

De repente sintió calor, sus mejillas estaban sonrojadas, su respiración era cada vez más agitada y su corazón latía tan fuerte que casi no podía oír lo que sucedía a su alrededor.  Todo su cuerpo se estremeció al darse cuenta de que no estaba sola, había más como ella.

-¿Todos estamos aquí por lo mismo? Se pregunto, basto un solo vistazo a la multitud  para responder  su pequeña duda. 

- ¡Sí! Se respondió a sí misma, lo dijo tan alto que  quienes estaban  a su alrededor se giraron, la miraron y le sonrieron. Eran sonrisas sinceras, grandes y llenas de sentimiento, eran poco comunes, pero recordaba vagamente que había visto  una como esa en algún sitio.

- ¿Dónde? Pensó, recordó las sonrisas de los niños, sonrisas sinceras que no esconden los sentimientos. Ahora lo sabía, sabía que sentía algo especial, un sentimiento tan grande que no era la única que lo podía sentir, todos los presentes  también lo sentían.  Sería  posible que no estuviera tan loca como pensaban aquellos que no sonreían, aquellos que no podían sentir lo mismo que ella, aquellos que no la entendían….

De pronto todas las luces que había a su alrededor se apagaron, dejo de ver a quienes la rodeaban pero notaba su presencia, sí aguantaba la respiración los oía respirar, sabía que estaban ahí y probablemente igual que ella seguían sonriendo.

La música comenzó a sonar, las lágrimas invadieron sus ojos cuando empezó a oír como todos daban palmas cada vez mas alto siguiendo el ritmo mientras entonaban la canción.

En ese momento supo porque estaba allí, porque era feliz, no le había tocado la lotería, no tenía un coche nuevo, ni una casa grande y no había conocido al amor de su vida, pero era feliz.

No le importaba lo que pensasen los demás, solo quería disfrutar de lo que sentía con quienes sentían lo mismo que ella, se dejo llevar y vivió el momento, al fin y al cabo cuando todo y todos desaparecen  es lo único que queda, los grandes momentos  como este, los no guardamos en la mente, los que llevamos grabados en el corazón.

domingo, 13 de marzo de 2011

Un dia de verán con Noa

Era unha calorosa mañá de finais do mes de agosto, os raios do sol entraban pola fiestra e acariñaban os rizos dourados de Noa, na pequena cama da casa da avoa os seus ollos do cor da mel abríronse e nun pis pas estaba a pé, lista para gozar do verán. 
 
Noa era unha rapaciña moi traste, non paraba quieta nin un segundo, a avoa sabia que cando ela ia a casa da aldea poñia todo patas arriba, pero dicia que cando Noa chegaba todo tiña unha cor diferente, quizais foxe porque sempre ia cunhas botas de auga  de cor vermella con raias brancas que lle mercara o seu pai o inverno pasado ou porque nunca saia da habitación sen a súa boa de plumas a xogo, fixera frío ou calor, chovera ou resplandecera o sol, foxe verán ou inverno.

Para Noa a hora do almorzo sempre era longa, dicía que non podía esperar mais para ir xogar, que xa perdera moito tempo durmindo e corría a redor da mesa, brincaba entre as cadeiras, perseguía a avoa mentres lle preparaba o almorzo. As veces axudaba a avoa a facer o zume de laranxa e as tostadas pero case sempre acababa enchendo a mesa de  migallas e manchándose de manteiga.

Despois de almorzar ia tódalas  mañas o galiñeiro,ela dicíalle a avoa que lle gustaba ver cantar o galo pero o que mais lle gustaba era correr tralas pitas e  coller os poliños no colo. Así  pasaba a maña no galiñeiro botáballe millo e cambiáballe a auga as pitas e  poliños e mofábase do galo imitándoo cando cantaba.

Despois de comer ia brincando ata beira do río que baixa xunto a carballeira da casa da aldea, cando tiña moita calor bañábase nel e para secarse corría tralas bolboretas e cabaliños do demo, as veces imaxinaba que tiña ás e podía voar con elas entre as polas das arbores da carballeira.

 Logo collía saltóns e ensináballos a Moura, una gatiña negra que sempre ia tras ela, as dúas brincaban seguíndoos e cando cansaban sentábanse na pedra do elefante, ese nome puxérallo seu pai cando era pequeno, el dicía que a forma da pedra semellaba un elefante. Noa sempre subía nela e asustaba a moura imitando o son do elefante, moura escapaba e ela ríase as gargalladas, logo pensaba no bonito que seria ir a África e ver os elefantes, xa os vira no zoolóxico cando o seu pai a levou a Madrid pero non era o mesmo.

Cando comezaba a escurecer o dia e  se achegaba a hora de cear a avoa chamábaa e ela subía polo camiño da carballeira , moura corría tras ela e o chegar a cociña sentábase no chan a carón da mesa mentres Noa ceaba esperando pola súa cunca de leite.

O acabar as dúas ían para a cama e moura aniñábase os seus pes,cando todos estaban xa na cama a casa  enchíase de silencio e só se oía como cantaban  os grilos, cando non podía durmir pola calor escoitábaos mentres pensaba  nas pequenas trasnadas que faría o dia seguinte  e sempre acababa quedando durmida.

jueves, 3 de marzo de 2011

Mi buena suerte y mi pie izquierdo

-¿Buena suerte? ¡ja! ¡Buena suerte!

-¿Existe?
Pues claro que si, solo hay crear situaciones y así conseguirás tener buena suerte. ¡ja!
¡Ja ja ja!

-Yo sí que tengo buena suerte, en serio.
- ¿no os lo creéis? si no me creéis leer esto y os haré cambiar de opinión:

Todo esto empezó una tarde cualquiera de mes cualquiera dentro de una casa cualquiera de un pueblo cualquiera y con portátil cualquiera en el suelo de una habitación cualquiera.
-¿Qué raro no?
-¿Quién sería capaz de dejar un portátil cualquiera en el suelo de una habitación cualquiera?
-muy fácil, ¡cualquiera! ¿No?
-¡Pues no! Porque no era el suelo de una habitación cualquiera sino el de mi habitación y tampoco era un ordenador cualquiera, ¡¡¡ERA EL MIO!!! ¡¡¡MI ADOLFITO!!!
-yo, yo lo deje en el suelo, ¡yo soy cualquiera!

No era la 1ª ni la 2ª, ni incluso la 3ª vez que lo dejaba en el suelo, bueno en realidad llevaba en el suelo desde el primer día que lo compre.

Resulta la garantía se sella a los 15 días, esos 15 días se cumplieron en ese día cualquiera y claro, hasta ese día todo iba bien. Se puede decir que éramos muy felices juntos, yo le limpiaba los virus y él me contaba las noticias más recientes, me avisaba de los últimos emails recibidos…..lo nuestro era una relación envidiada por muchos.
Sucedió que en el 16º día de vida de mi Adolfito, mientras él estaba esperándome como cada día en el suelo de la habitación, por cosas de la buena suerte que por costumbre suele acompañarme, se me ablandó el corazón y decidí recoger mi ropa sucia del suelo, para alegría de mi madre, que ya me estaba poniendo de los nervios con la cancioncilla de siempre:
-Recoge…Recoge...Recoge.

¡Eh!, ¡No dejéis de leer, ahora viene lo mejor!

Adolfito seguía donde lo deje ayer por la noche, tan quieto y callado como siempre, esperando nuestro encuentro diario, pero mi gran amiga la buena suerte decidió actuar por su cuenta.
-Os preguntareis como lo hizo ¿verdad?
Pues, como no, con la actuación estelar de mi pie izquierdo, al que normalmente no le suelo dar el papel protagonista, pero en esta historia lo tuvo.

Después de recoger la ropa, me dirigí a llevarla a la terraza, donde se encuentra el cesto de la ropa sucia, cuando de repente, mí pie se encontró con algo ejerciendo una presión lo bastante fuerte para que hiciera un pequeño pero raro crujido.

-¿A saber lo que pisé? pensé en ese momento.

A medida que me iba alejando de la habitación hacia la terraza, iba recordando todo lo que había en el suelo para averiguar lo que podía haber pisado, cuando de repente un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y una pequeña pero cegadora bombillita se encendió en mi cabeza. Algo me hizo pensar que era él, que era mi Adolfito quien estaba en el suelo.

Con una sensación rara entre miedo y rabia volví a la habitación y lo vi en el suelo medio debajo de una revista.
-¡Nooo!
- ¡No puede ser!

No me lo podía creer. Lo recogí del suelo, entre nervios, miedo y la esperanza de que mi pie hubiera hecho por si mismo ese sonido. Lo abrí y no, no fue mi pie, ahí estaba la mayor mancha del mundo, en el lado izquierdo de la pantalla.
No, no fue mi pie, señores y señoras, me lo acababa de cargar, me acababa de cargar a mi Adolfito.

-¡Mierda! (exclame para mis adentros)
-¿Por qué?, ¡Siempre a mí!

Seguramente, en ese preciso momento la buena suerte se reía a carcajadas de mi, sentada en la cama, viendo como mi expresión cambiaba de miedo, a rabia, acabando finalmente con la mayor cara de gilipollas que he puesto en mi vida.

-¡yo solita había dejado medio ciego a mi Adolfito!
-¡yo solita le había causado unas lesiones internas irreparables!
-¡yo solita había le había hecho un salvapantallas permanente!

Adolfito, esta personalizado, ya he dejado mi huella en su vida.

Ahora, casi un año después de este fatídico accidente, yo se que Adolfito ya me ha perdonado, a pesar de que su pantalla esta al 89,5% inutilizada yo no lo abandone, ni le di la patada por uno nuevo y más guapo, lo enchufe a su amigo monitor antiguo y ahora los tres somos felices, más felices que nunca, viendo fotos de Maresca, visitando páginas….

Por fin puedo decir una vez superado todo esto que me gusta mi Adolfito tal cual es con o sin pantalla, este o no astillada y sobre todo con su gran mancha y por eso grito:

-ADOLFITO, "CON MÁS PEGADA QUE NUNCA"

“frase de la campaña de abonos del Sevilla F.C. 2008-2009.”

                                                           
 La reconstrucción de esta historia basada en hechos reales se la dedico a:

 Adolfito, que siempre estuvo presente, en los buenos y malos momentos, cuando me rio con los amig@s por el msn, cuando navegamos por internet, cuando se queda colgado y me borra las 5 páginas que tenia escritas en el Word, cuando fallo o acierto los resultados del Sevilla en la porriela Y en otras muchas más ocasiones de nuestra vida diaria en común.

Señor Monitor Antiguo por hacer que yo y Adolfito podamos seguir siendo felices juntos y ayudarlo a salir de ese bache prestándole su ayuda cuando la necesitó.